
El club rojiblanco ha vivido durante toda su historia en la línea que separa a los grandes equipos de otros más modestos. Se ha acostumbrado a campar por esa tierra de nadie y como todo conjunto con cierto prestigio, ha tenido sus momentos de gloria (doblete de Liga y Copa en la 95/96) pero tristemente ensombrecidos por otros recuerdos no tan gratos como el descenso a la categoría de plata. Desde el regreso en 2002 a la élite española, los colchoneros se han mantenido en Primera sin problemas, e incluso clasificándose para jugar la UEFA Champions League en los dos últimos años. Especialmente destacable fue su participación del año pasado, en la que alcanzó los octavos de final cayendo a doble partido ante el Oporto. Fue un buen año para los atléticos, que lograron por segunda vez consecutiva entrar en la máxima competición europea, gracias al notable cuarto puesto en la Liga 08/09.
Y así llegó el Atlético al inicio de esta temporada: con los deberes hechos. Por eso cualquier hincha rojiblanco se pregunta cuál es el motivo de que el club que preside Enrique Cerezo se encuentre en descenso en la jornada 11, con una única victoria en Liga y siendo el equipo más goleado, aparte de encontrarse matemáticamente eliminado de la Champions League.
Decisiones como cambiar de técnico 8 veces en los últimos 6 años o comportamientos poco favorables para el entendimiento entre directiva y cuerpo técnico, pueden afectar seriamente al rendimiento de los del Manzanares. Pero hay cuatro claves, según mi punto de vista, aún más decisivas en la penosa situación que afrontan en el Calderón.
La primera de todas es la falta de un mediocentro creador, posición que desde hace muchos años se echa de menos. Nadie entre los 25 jugadores colchoneros tiene como principal tarea jugar de 5, es decir, crear juego. Casualidad o no, el dorsal número 5 no tiene nombre en el vestuario del Atleti. Y creo que todo colchonero está de acuerdo en que Cléber y Assunçao no son los futbolistas ideales para llevar a cabo esta función.
El segundo problema decisivo es la defensa, el punto débil del Atlético desde hace demasiado tiempo. El despistado Pablo, Perea, Antonio López, o el semi-desconocido Domínguez no pueden formar la zaga de un equipo con aspiraciones europeas. Año tras año los madrileños están entre los conjuntos más goleados. ¿Cuál es la solución? La cantera, no hay otra opción. Si con jugadores de fuera no se solucionan los errores defensivos, la mejor forma de arreglarlo sería confiando en dos o tres jugadores del filial que se asienten en la zaga titular. Quizá el primer año sería un descalabro (igual que los anteriores) pero es más que probable que a medio plazo se solventaran los problemas en el área de Asenjo, además de contar con una zaga con futuro.
El tercer error es la falta de acierto en fichajes, sin hablar de los fichajes defensivos. El equipo sigue tirando de los de siempre: Kun y Forlán. Salvo la revelación Sergio Asenjo, la mayoría de las incorporaciones a cargo de García Pitarch han sido pésimas. La destitución de éste es algo que se pide a gritos en el Vicente Calderón desde hace mucho tiempo.
Y para cerrar esta entrada, la última desgracia atlética es la siempre presente mala suerte. A pesar del pobre juego del Atlético de Madrid esta temporada, no hay que pasar por alto el escaso acierto que tienen los jugadores más ofensivos. El ejemplo más claro es Diego Forlán, actual Bota de Oro, que está sufriendo un bajón tremendo en los últimos partidos, muchas veces ocasionado por mala fortuna con tiros al palo o paradones de los guardametas rivales. Sólo el Kun tira del carro, y el Chelsea lleva mucho tiempo al acecho...
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