miércoles, 21 de julio de 2010

Las 7 posibles bombas del verano

La época estival en España se caracteriza por interminables atascos en familia sobre las carreteras de toda nuestra geografía, playas abarrotadas desde las ocho de la mañana, guiris rojizos dispuestos a beberse hasta el agua de los floreros y noches de vigía ante la difícilmente exterminable plaga de mosquitos. ¿Y nada más? En el terreno de los diarios deportivos, nuestras costas se abarrotan de ávidos lectores de AS, Sport, Marca o Mundo Deportivo dispuestos a exprimir hasta la última gota de las escasas noticias que aparecen en los medios en estas fechas. La liposucción a la que se ven sometidos los periódicos en época veraniega es tal que uno se pregunta a la hora del chiringuito si realmente ha sacado algo en claro de la información del día. En estos meses las noticias escasean pero las vacaciones hacen de los lectores hambrientos devoradores de actualidad. De ahí que primen los rumores, soplos, reuniones entre representantes, fotos in fraganti y sobre todo muchas mentiras con meteduras de pata incluidas. Si las redacciones de los más importantes diarios nacionales se plagan de becarios que reciclan, transforman e inventan a su antojo actualidad... ¿por qué no lo iba a hacer yo? Ahí va mi Top 7 de los probables traspasos que harán explotar el mercado estival no sólo en nuestro país, también más allá de estas fronteras. Si no se cumple ninguno no volveréis a oír hablar de este artículo pero si cualquiera de éstos se hace realidad seré el primero en recordar: Como ya adelanté en exclusiva el 21 de julio en http://lambeafutbol.blogspot.com.... Nada fuera de lo común, no obstante, en la información deportiva durante los meses de verano.



7. Diego Forlán (Atlético de Madrid): Lo que a principio de verano parecía inviable puede llegar a convertirse en una realidad. El gran Mundial del charrúa ha avivado el interés de varios equipos extranjeros y el Atlético espera una buena oferta por el futbolista de 31 años. Los rojiblancos tienen todas las de ganar: si Forlán se queda disfrutarán del mejor jugador del Mundial durante otra temporada. Si finalmente sale, sacarán una buena tajada en el Calderón por un delantero que se acerca peligrosamente a la retirada de la élite futbolística. La Juventus pone 16 millones de euros, por los 20 que ofrece el Inter de Milán.


6. Zlatan Ibrahimovic (FC Barcelona): La irregular temporada 09/10 del artillero sueco podría convertirle en candidato número uno para abandonar la casa blaugrana, máxime cuando el Bota de Plata del Mundial David Villa se ha convertido en el flamante fichaje del conjunto catalán. Su conocido mal carácter e indisciplina hacen recordar el "Caso Eto'o". Berlusconi pone encima de la mesa 30 millones de euros para renovar la delantera de la escuadra rossonera. Este año Pep Guardiola no le asegura los minutos que el delantero de 28 años querría tener. Su marcha dependerá, tal y como afirma el míster, de él y su representante.


5. Maicon (Inter de Milán): El mejor lateral derecho del mundo vive un tira y afloja con el equipo nerazzurro para que permita su marcha al Real Madrid. Mou pidió un lateral y si el brasileño no llega, la opción de reforzar el centro de la zaga manteniendo el carril para el reciente Campeón del Mundo Sergio Ramos es altamente probable. El jugador quiere pero Benítez no es tonto precisamente.



4. Mesut Özil (Werder Bremen): A pesar de no ser un jugador precisamente atractivo, al nacionalizado alemán le salen novias de todos lados. Su actual club no llega a un acuerdo con él para renovar su contrato, que termina en 2011, y Arsenal, Manchester, Madrid y Barça están al acecho de una de las grandes revelaciones del Mundial de Sudáfrica junto a Thomas Müller. Sin duda, aprovechando el tirón del Mundial, Mesut está ante la oportunidad de su vida de dar el salto a un grande de Europa. Lo normal es que el habilidoso mediapunta no la desaproveche.



3. Didier Drogba (Chelsea FC): Entramos en el podio. Potencia con control al servicio de la Premier League. El delantero marfileño de 32 años vería con buenos ojos un cambio de aires y el Manchester City de Mancini parecer ser una suculenta opción para el crack africano. 21,5 millones de euros por tres temporadas parecen razón suficiente para pensar en una merecida y gustosa retirada de uno de los ases del fútbol inglés. Su salida podría hacer explotar otra bomba, la siguiente en este particular ranking.


2. Fernando Torres (Liverpool FC): The Kid ya no es tan "kid" y los malos resultados del conjunto red podrían suponer una baja importante para un equipo que lleva dos temporadas sin disputar la UEFA Champions League. Roman Abramovich ofrecería hasta 80 millones de euros para que Fernando vistiera de azul la próxima temporada. El de Fuenlabrada volvería a disputar títulos y 80 millones no vendrían nada mal para las arcas de Anfield.



1. Cesc Fábregas (Arsenal FC): El número uno no podría ser para otro futbolista. El verdadero culebrón del verano viene de la mano de los gunners y los intentos de Sandro Rosell por hacerse con los servicios del catalán. La mayor dificultad son los aparentemente insuficientes 40 millones de euros que el Barça puede ofrecer. La probable venta de Ibrahimovic al City puede ser clave en este fichaje. Las ganas del jugador por vestir de blaugrana, otro punto a favor. ¿Cederá Wenger al final?

martes, 13 de julio de 2010

Merodeando por La Moncloa


Después de llevar la Copa del Mundo al Rey, la Selección se dirigió al Palacio de La Moncloa. Al acto oficial sólo podían asistir tres invitados por funcionario, pero allí había más gente que en la guerra. Corrí, sudé y solté codos para cazar un par de fotos. Todo sea por La Roja...

Eran las 16:15 cuando llegué en Metro hasta Moncloa. Allí cogí un taxi y dije las palabras mágicas: Al Palacio de La Moncloa, por favor. Me acompañaba uno de los aproximadamente 500 funcionarios que asistieron a la ceremonia. Cuando vi el atasco que se formaba a medida que nos acercábamos a la verja de la entrada se me ocurrió multiplicar el número de invitados por los funcionarios. Efectivamente, si quería ver algo tendría que pegarme con 1500 personas.

La recepción tuvo lugar en una carpa instalada en los jardines. Después de, ingenuamente, dar varias vueltas a la misma en busca de un lugar estable y con buena visibilidad para hacer un par de fotos, me di cuenta de que iba a ser absolutamente imposible. Eran ya las 17:45 cuando por megafonía se nos avisaba de que aún quedaba más de una hora para que los Campeones del Mundo se dejaran ver entre una multitud agolpada en las sombras de los árboles. Como si de un concierto de Bruce Springsteen se tratara, varios operarios cargaron con cajas con botellas de agua para repartir entre los asistentes. La gente en pantalón corto y yo con traje y corbata...

A eso de las siete menos cuarto llegaba la Vicepresidente del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. Poco después lo hacía el Secretario de Estado para el Deporte Jaime Lissavetzki. Aquello indicaba que la espera llegaba a su fin, y los gritos de la gente a lo lejos se confundían con los de un rezagado cámara que empujaba a mi lado pidiendo paso. Por fin, con una hora y cuarto de retraso, Xavi y Piqué asomaban la cabeza y yo hacia lo propio con la mía entre barreras de niños de 2,30m subidos a hombros de sus padres. Villa saludaba con el pulgar hacia arriba, Iniesta intentaba pasar desapercibido entre los veintitrés campeones y Casillas brillaba más que la Copa que levantaba. Cuando todos nos dirigíamos ya hacia el escenario para escuchar el discurso, Álvaro Arbeloa (quién si no) apareció corriendo por la pasarela con cara de despistado y buscando a sus compañeros.



El acto no tuvo ningún misterio y seguro que lo habréis visto mil veces. Casillas tomaba el mando del discurso y por petición popular, Andrés Iniesta cogió el micro para agradecer a todos el apoyo recibido. "Este copita es de todos" decía El Dulce. Mientras todos saltaban con la Copa, incluído Zapatero con unos curiosos y a la par descoordinados botes, decidí volver a la pasarela por la que regresarían los jugadores para salir del escenario. La gente pedía autógrafos, besos y fotos pero Vicente del Bosque se desmarcaba con un "ahora no, es imposible". Sólo el capitán se paró, con la Copa bien sujeta en su axila para firmar en modo manos libres. Iker se detuvo a mi lado, donde una histérica chica pidió una rúbrica del mostoleño. Entonces pude ver bien cerquita aquel trofeo que 32 selecciones buscaban pero sólo España consiguió. Tremendamente brillante y más pequeña de lo que todos creemos, ahí estaba la Copa del Mundo.






Se fueron ya los futbolistas hacia el autobús que los esperaba en la puerta y que los condujo durante horas por las calles de Madrid. Tuve tiempo de hacer las últimas fotos de los héroes subiendo al autobús y saludando a los invitados a la ceremonia. Me dirigía ya hacia casa, y cuando salí del Palacio en busca de un taxi me di cuenta de que podía ir andando hasta Moncloa acompañando al autobús de los campeones. Y así fue, entre el atasco que había en la carretera y mi paso rápido, el trayecto a la par con La Roja hasta el Arco de la Victoria fue precioso. Hasta dentro de dos años, ¡Campeones!

lunes, 12 de julio de 2010

¡PUDIMOS!


En mi intento de hacer una crónica con la cabeza más que con el corazón, sigo el consejo de algunos amigos y espero a la mañana siguiente para sentarme frente al ordenador. Pero ahora que me encuentro aquí, me vienen a la cabeza las imágenes del partido de anoche, sobre todo la de 23 héroes levantando 5 kilos de oro incomparables con las toneladas de alegría vividas en España ayer. Con tanta emoción no sé si estaré a la altura, pero ahí va.

Como todos sabéis, lo hemos logrado. Nos despertamos en una nube de felicidad incontrolada y sin una buena perspectiva de lo que significó ayer el gol de Iniesta en el minuto 116. Probablemente tengan que pasar unos años para comprender cómo una generación de perdedores -disculpadme pero así era- pudo ganar la Eurocopa y el Mundial en los escasos 13 partidos que duran las dos competiciones. Hoy gritamos bien alto que nosotros también tenemos un Mundial y luciremos con una sonrisa de oreja a oreja la estrella que a partir de hoy acompañará a nuestro escudo en todos los partidos del combinado nacional. Sudáfrica 2010 quedará para la Historia y todos los que ayer lo disfrutamos somos unos privilegiados.

Mis artes de pitoniso a finales de mayo no fueron excelentes, pero al menos se consumó la victoria. Eso sí, el sufrimiento fue constante durante los 120 minutos de encuentro.

Porque si algo hubo en el Soccer City desde las 20:30 fue sufrimiento. Holanda, con los fallos de Alemania bien aprendidos, hizo sus faltas más las que no pegaron los teutones. Van Marwijk sabía que el balón sería nuestro pero a diferencia de Löw, el holandés no iba a permitir -obviamente- que La Roja tocase. El trabajo era para Howard Webb, cuya designación en la final del Mundial sorprendió tanto como la de la final de la Champions en Madrid. El sargento inglés pecó de tarjetero en ocasiones y se comió una brutal agresión de De Jong a Xabi Alonso que sin duda todos recordareis. De todos modos... ¿qué esperábamos? Dos centrocampistas como Van Bommel y el karateka De Jong pierden su utilidad si no se dedican a "dar cera". A pesar de todo, la primera parte fue de España, sin claras ocasiones salvo el cabezazo de Ramos en los momentos iniciales, pero con la sensación (o con las ganas) de que la segunda parte podría traer alegrías.

La segunda mitad trajo consigo la mejor oportunidad del partido para los tulipanes, aquella que estuvo a punto de dejarnos sin Copa, sin celebración y sin consuelo. Pero el Santo bajó de los cielos y le sacó a Robben un mano a mano de los que Iker nos tenía acostumbrados hace no tanto. Bien por Casillas y mal por el holandés, que pudo definir mejor ante la salida del meta español. Con el susto todavía en el cuerpo, Sergio Ramos cabeceó alto y sin oposición alguna un balón colgado desde el córner. Se acercaba el final y la Copa se nos resbalaba de las manos.

Ya en la prórroga, Cesc Fábregas nos volvía locos al fallar un mano a mano con Stekelenburg, mientras Villa maldecía a su derecha. ¿Por qué el catalán no acabó con la agonía buscando al asturiano a cinco metros de él? La desesperación iba in crescendo y los penaltis eran casi una realidad. Holanda no aguantaba más de diez segundos con el cuero, pero las internadas de Robben por la banda se clavaban como puñales en la zaga española. Iniesta parecía la única esperanza para evitar la pena máxima y millones de españoles maldecimos al ex-atlético Heitinga cuando recibía su merecida roja por derribar al de Fuentealbilla. En ese momento pensé que los penaltis eran inevitables, ante diez tulipanes totalmente encerrados en su área, esperando la lotería de los once metros. Pero entonces ocurrió. Después de un mal despeje de Mathijsen, Cesc -ese hombre al que maldije mil veces tras errar el mano a mano anterior- metió un genial pase para Iniesta y El Dulce hizo honor a su apodo. Con el balón a media altura, soltó un potente y preciso disparo que el guardameta holandés sólo acertó a rozar.

Y hasta aquí la historia. Conseguimos nuestro primer campeonato, rompimos la brutal racha victoriosa de Holanda y conseguimos alzar la Copa aun habiendo perdido el primer encuentro, cosa que nadie había conseguido hasta ahora. A partir del gol lo demás fue precioso. Casillas llorando de emoción como un niño, alegría por todos los rincones de color rojo en el Soccer City... Esto no tiene precio. Ver a todo un Fabio Cannavaro sufriendo en el palco por los nuestros, ese espontáneo beso entre Iker y la perseguida Sara Carbonero, las caras de los 23 ganadores expresaban lo mismo que los 47 millones de españoles que gritaban, cantaban y se emocionaban con el primer campeonato del mundo.

Vamos a celebrarlo, hoy más que nunca gritamos: YO, SOY ESPAÑOL, ESPAÑOL, ESPAÑOL.



Escribo esta crónica nada más volver del acto oficial que Zapatero ha realizado en La Moncloa. En breve publicaré un reportaje con las imágenes y relatos del acto.

miércoles, 7 de julio de 2010

El pasito


Ya estamos en la final. Unos siguen celebrando la victoria frente a los teutones, otros aún no nos creemos lo visto anoche en Durban y algunos sueñan ya con la final del 11 de junio. Los más cachondos se plantean incluso hacer una estatua al pulpo Paul después de su buen ojo futbolístico. España ganó a una Alemania que supo a poco y que, a mi juicio, planteó muy mal el partido. Regalarle el balón a los de Vicente del Bosque y para más inri, no impedir que los nuestros lo saquen jugado desde la defensa es casi un suicidio.

Los alemanes se inmolaron y el rodillo pareció una endeble pelota de ping pong entre tanto raquetazo de La Roja. Ni rastro de Podolski, de Klose o Schweinsteiger. Apenas Özil lo intentó, pero un jugador no levanta a un equipo como bien saben Messi y Cristiano Ronaldo. Con esto no quiero quitar mérito a la victoria de España, pero desde luego no esperaba ni mucho menos un partido tan pobre como el de los teutones ayer. Acepto y reconozco que la principal virtud de Alemania no es sobar el balón, pero de ahí a permitir a los Iniesta, Xavi y compañía manejar el cuero en el centro del campo a su antojo hay un mundo...

Toca vivir ya el presente y olvidarse de todo partido que no sea Holanda-España el 11 de junio a las 20:30 en el maravilloso Soccer City Stadium. Ahora que hemos demostrado al mundo que estamos en la vanguardia futbolística, los nuestros deben dar un paso más. Un paso decisivo que alce a España al Olimpo del fútbol y le haga engrosar la lista de los 7 magníficos que poseen el título de Mejor Equipo del Mundo (Alemania, Italia, Francia, Brasil, Uruguay, Inglaterra y Argentina). Porque después de tanto sufrimiento, tantos partidos ganando por la mínima y tantos nervios acumulados no queda otra opción que dar el paso y alzarse con la copa. De otro modo no servirá de nada haber alcanzado una final. Nos seguirán recordando como buenos deportistas pero no como Campeones del Mundo. Y quién sabe el tiempo que pasará hasta que los nuestros tengan una oportunidad tan clara de reinar en lo futbolístico. Por eso, desde España, a modo de carta hacia los Reyes Magos de Oriente, os pedimos lo más grande. El último empujón hacia un título que acariciamos con la punta de los dedos los 47 millones de habitantes, o al menos, aquellos que amamos el deporte rey.

Más que un deseo es una obligación. No por nosotros, sino por mi padre, mi abuelo y todas las generaciones que han llorado con Cardeñosa, con Luis Enrique, con Joaquín y tantas y tantas decepciones que llevaron a este país a perder la esperanza cuando los nuestros se enfundaban la zamarra española. Yo soy el primero que detestaba que jugara España cuando ello suponía una jornada sin Liga Española. Yo me negaba a ver los partidos clasificatorios de La Roja. Yo vivía con pesimismo sus encuentros en las grandes citas. Yo era consciente que la nuestra era una selección menor delante de Francia, Alemania, Italia y otras potencias futbolísticas. Ahora todo es diferente, tras ganar la Eurocopa en 2008 merecemos dejar de llevar la etiqueta de pupas del mundo.

Creo que después de 90 años de historia, desde aquí todos tenemos el derecho a pedirlo: traednos la Copa del Mundo.

lunes, 5 de julio de 2010

Recordando viejos tiempos

En estas fechas tan señaladas me llena de orgullo y satisfacción... perdón creo que me he equivocado de discurso. Vuelvo a empezar:

En estos días tan importantes para nuestra selección, días de nervios, de apuestas, quinielas, reuniones de familiares y amigos con el rojo como denominador común... En definitiva, en estos partidos tan decisivos y vertiginosamente tensos para todo un país, no está de más relajarse aunque sólo sea un rato y echar la vista atrás recordando viejos tiempos.

Tiempos en los que el conjunto dirigido en aquel entonces por Luis Aragonés, ese mismo que nos azota ahora desde su merecida posición de semidios, se convertía en Campeón de Europa con toda justicia y sin resquicio alguno por el que se pudieran escapar dudas sobre la aplastante diferencia de juego entre La Roja y el resto de selecciones. Una buena forma de rememorar aquella Eurocopa podría ser viendo el gol de Torres contra Alemania, los penaltis contra Italia o la aplastante victoria en semifinales frente a la Rusia de Arshavin. Pero no, eso sería demasiado fácil de recordar. Mejor centrémonos en el lugar donde se gestó todo, donde los 23 campeones compartían risas, charlas y sobre todo música: el autobús. Dicen que Higuaín y Sergio Ramos compartieron un día canciones en el vestuario del Real Madrid, y el Pipita le recomendó escuchar al de Camas un tema pegadizo y fácil de cantar en grupo. Al sevillano le faltó tiempo para convertir esa canción "Se parece más a ti" en el nuevo himno de los nuestro en los momentos antes del partido. He aquí la grabación que muchos ya habréis visto y si no es un buen momento para hacerlo:




Os animo a que hagáis como yo: una vez hayáis disfrutado del video, escuchad tantas veces como queráis este tema que aparte de dar un buen royo tremendo, seguro que trae suerte a los nuestros para alcanzar por primera vez en su historia la final de todo un Mundial. ¡A por ellos!

domingo, 4 de julio de 2010

Españoles al borde de un ataque de nervios


Increíble, emocionante, agónico, desesperante y en definitiva acojonante son los adjetivos que mejor definen el encuentro sufrido por todos los españoles en el día de ayer. Es imposible definir con palabras las infinitas sensaciones que nos rodearon a todos mientras veíamos una España maniatada por el equipo guaraní durante los primeros 45 minutos, a Piqué cometiendo un ridículo penalti sobre Cardozo, al propio uruguayo errando ante el resurgido San Iker o a Villa celebrando sólo un minuto después el penalti en el área contraria.

Si la montaña rusa hubiera acabado ahí, con un penalti a favor de España y Xabi Alonso dispuesto a convertirlo, podríamos haber dicho ya que ese minuto provocó el infarto en las gradas del Ellis Park, pero como se pudo ver después las sorpresas no habían hecho más que empezar. Aún no entiendo qué pasó por la cabeza del honorable colegiado guatemalteco para mandar repetir un penalti cuando varios jugadores paraguayos también pisaron el área. Tampoco mis nervios pudieron soportar el fallo de Alonso en la repetición de la pena máxima. Y exploté -explotamos, mejor dicho- con el evidente penalti que sufrió Fábregas y no fue pitado incomprensiblemente.

Después de tantos sustos, tantos nervios y tanta tensión, me di cuenta de que todo había sido en vano y los rocosos paraguayos seguían defendiéndose de las acometidas de los Eurocampeones. Como si en las películas de vaqueros el Sheriff se levantara ileso tras recibir seis disparos en el pecho, los guaraníes seguían dando guerra. Tras varios disparos rozando la meta de Justo Villar, llegó la jugada del Tiki-Taka y no me refiero precisamente al juego combinativo. El gran Iniesta deja el gol en bandeja a Pedro y la madera se burla de nosotros. Pero ahí está Villa que dispara de nuevo al palo (Tiki) y antes de que el maldito Jabulani se cuele en la red, el otro palo pronuncia su última palabra (Taka). Sí, tras cinco segundos de silencio sepulcral nos frotamos los ojos y gritamos. Al fin, gol de Villa.

Restaban seis minutos de agonía, pero aquello ya no era comparable al sufrimiento vivido en los anteriores ochenta y cuatro. Todavía quedaron minutos para sufrir las embestidas del armario Roque Santa Cruz, incluso Casillas nos puso el corazón en un puño con un mal despeje bien resuelto tras el disparo del delantero del City.

Pero por primera vez en nuestra Historia, los cuartos de final nos sonrieron y las maldiciones, los años en los que jugábamos las grandes citas con la esperanza de superar la primera ronda, los mazazos recibidos cada vez que España buscaba hacerse un hueco entre los grandes forman parte de otra generación. Nos toca vivir un presente inmejorable, suspendámonos en el tiempo y disfrutemos de algo que no sabemos cuando volverá a suceder.

Sigo pensando que Torres no tiene sitio en este quipo, sigo pensando que Villa peca en ocasiones de individualista, sigo pensando que los nuestros no juegan bien desde que comenzó el Mundial, sigo pensando que caminamos sobre un alambre desde el España-Chile... pero los nuestros demuestran otras virtudes. Virtudes de ganadores, de saber competir, de tener esa "flor en el culo" de la que tanto se habló en la última liga de Capello.

Es tremendo, España está entre las cuatro mejores selecciones del mundo. No sé -ni me importa- el tiempo que durará este sueño, pero mientras podamos... disfrutemos del sufrimiento.