jueves, 7 de enero de 2010

La Copa del Rey: entre sorpresas y pérdida de prestigio

La Copa de S.M. el Rey supone año tras año (desde 1902) un quebradero de cabeza para muchos conjuntos de nuestro país. Especialmente para los grandes: los Barcelona, Real Madrid, Sevilla, Valencia... Es una competición en la que los equipos más potentes acostumbran a abusar de suplentes en sus alineaciones y los más modestos gastan todas sus fuerzas, a sabiendas de que una buena eliminatoria ante un rival de gran entidad puede salvarles una temporada completa.

Y es que el hecho de que en las primeras rondas coperas suela haber una gran diferencia, tanto económica como cualitativa entre los distintos equipos, da lugar a esa mítica frase que todo entrenador de equipo pequeño debe pronunciar antes del pitido inicial: "Tenemos poco que perder y mucho que ganar". Pero, a priori, no hay motivo aparente para que una temporada tras otra veamos al menos dos o tres sorpresas, de aquellas que podrían hacer rico a cualquiera en las polémicas casas de apuestas.

Los hay que se abonan a caer en las primeras rondas, donde destaca negativamente el Real Madrid, con fracasos tan sonados como ante el Toledo en primera ronda, Valladolid, Betis y Mallorca a principios de este siglo y los dos últimos más sonados, ante el Irún la temporada pasada y este año frente al Alcorcón. Pero en todas partes cuecen habas, y tras la reciente jornada de Copa, Barça, Atlético y Valencia podrían unirse a la lista de descalabros futbolísticos.

También esta el tema de la falta de prestigio del torneo, y cuya muestra más que evidente es la pobre afluencia de público para acudir a estas primeras rondas eliminatorias. Recreativo-Atlético (2.000 espectadores, 10.000 acudieron días antes en Liga Adelante) o Málaga-Getafe (7.000) ponen en evidencia que el interés que suscita la Copa del Rey es menor que el de otras competiciones.

Da la sensación de que a algunos les sobra esta copa, y la pregunta es qué haríamos en España si tuviésemos una cuarta competición, como en Gran Bretaña. Allí los grandes equipos conviven entre La Premier, FA Cup, Carling Cup y Europa o Champions League. Juegan domingo y miércoles jornada tras jornada, religiosamente. Y lo mejor de todo, no hay descanso para las grandes estrellas como Gerrard, Lampard o Fábregas. Los entrenadores saben de la importancia de competiciones tan clásicas como la FA Cup porque lo han mamado desde pequeños y están dispuestos a salir al campo con su once de gala. Cierto que en Inglaterra también hay sopresas, como la derrota del Manchester frente al Leeds United en la FA Cup, pero Sir Alex Ferguson apostó por la dupla titular, Rooney-Berbatov, durante los 90 minutos. ¿No sería justo que también se respetara aquí nuestro torneo doméstico? ¿Es normal que hasta semifinales no veamos a los grandes sacar todo su arsenal?

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