El Barcelona le endosó una manita al Atlético de Madrid que le coloca penúltimo, con tan sólo un punto en 3 jornadas. Quizá lo más preocupante sea que ya ha encajado nueve goles. Síntoma más que evidente de que la defensa rojiblanca no está a la altura de la pareja atacante que forman Kun y Forlán. Ayer lo volvieron a demostrar, y aunque sería injusto señalar sólo a un culpable de la zaga, la actuación de Pablo Hernández volvió a ser lamentable, como casi siempre que se le concede una oportunidad en el once titular. Al menos, se le puede perdonar que le tocara lidiar contra Messi e Ibrahimovic, que le marearon entre los dos, sobre todo el argentino en el gol de Keita.
Empezó mal el club rojiblanco, porque en el primer minuto recibió el tanto de Zlatan, tras un pase en profundidad de Busquets que Pablo no logró cortar. El sueco se limitó a picar el balón delante de Roberto. Y a partir de ahí siguieron cayendo los goles. Messi selló el segundo tras un gran pase de Xavi y el tercero lo transformó Dani Alves de falta directa, con cierta ayuda del inquieto Roberto. El portero atlético demostró ser poco más que la sombra de Asenjo. Agüero arregló un poco la goleada justo antes del descanso, por un fallo en la cesión de Busquets. El argentino batió por alto a Valdés.
Después del descanso ocurrieron muchas menos cosas. El Barça ya lo tenía todo hecho y no había necesidad de apretar más. El partido estaba más que decidido pero Forlán en el 83, se empeñó en dar algo de guerra. Todo fue un espejismo porque en el último minuto de juego Leo Messi hacía el segundo en su cuenta particular y redondeaba la manita.
Ahora a los rojiblancos no les queda otra que mirar hacia delante. Abel dice que no hay motivos para deprimirse. Puede que tenga razón, pero este sábado no lo tendrán más fácil que ayer: Mestalla espera al Alteti.
El mejor del partido: Leo Messi
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