
Ya lo decía Luis Aragonés hace unos años: "Raúl sí, Raúl no, Raúl sí, Raúl no". Si en España hay un jugador discutido, ese es Raúl González Blanco. Y lo es no solo por el posible descenso en su rendimiento durante los últimos años, sino por llevar 15 años en un club con tanto impacto deportivo como el Real Madrid. Con "impacto deportivo" me refiero a la cantidad de medios que mueve el club blanco. Datos como el número de aficionados en toda España, la cantidad de títulos conseguidos o el hecho de ser el club de la capital, convierten a este equipo en el más seguido de España. No hay más que encender la televisión o comprar un periódico para darnos cuenta de este seguimiento exhaustivo al que me refiero.
Pero un momento, no me quiero desviar del tema. ¿A qué viene todo esto? Pues simplemente a que Raúl es el jugador más emblemático del club más seguido en España. Lo que le convierte a su vez en blanco fácil (nunca mejor dicho lo de blanco) para los medios de comunicación. Y si algo está claro es que el rendimiento del jugador más importante del club más importante tiene que ser altísimo. Y eso no es todo, ya que la posición en la que juega es la más determinante de todas: delantero centro. Si ese futbolista tan importante comienza a meter menos goles o a intervenir menos en las jugadas, se convierte en carne de cañón para cualquier medio deportivo. Eso es lo que hace que se le discuta tanto: el gran seguimiento al que se somete, o mejor dicho al que le somete la prensa. ¿Cuántos jugadores en Primera División han bajado su nivel en los últimos años? Muchos. Todos echamos de menos al mejor Kanouté, al gran Henry del Arsenal, a Sergio Ramos en su primera temporada madridista o al Albelda de hace unos años. Todos han perdido cosas deportivamente hablando pero todos tienen en común que siguen siendo titulares indiscutibles en sus equipos. Y son grandes jugadores, nadie lo duda. Pero no se ven sometidos continuamente a juicios deportivos.
Lo único que quiero demostrar con esto es que el debate de Raúl es desmesurado hasta límites insospechados. Esto conlleva que haya muchos extremistas sobre su forma de jugar. Seguro que conoceis a gente que lo apoya de forma incondicional y otros que no soportan verle en el terreno de juego. La prensa infla este tema de una forma exagerada, llegando hasta el punto de que se discute si Raúl hace las alineaciones, si ficha a los entrenadores o si es un cáncer para el vestuario. Yo pienso que él, como capitán del Real Madrid, quiere lo mejor para su equipo y siente los colores como ninguno. Lo último que querría es crear mal ambiente en el vestuario o decidir alineaciones que perjudicarían a su club.
Ahora me gustaría que os olvidarais de todo lo dicho aquía arriba, y trataseis de juzgarlo como futbolista, más allá de todo el bombo mediático que se le da. Para ser objetivo con cualquier jugador, tengo que aportar cosas totalmente imparciales, de tal forma que nadie esté en desacuerdo conmigo. Y si hay algo imparcial son los números. Números, que depende de como los maneje puedo llegar a convertirlos en opinión, pero voy a ser lo más claro posible.
Es el máximo goleador en Champions League con 64 goles en 123 partidos, lo que le da una media de 0,5 goles por encuentro. Y además es el quinto jugador con más goles en la historia de la Liga, con 224 goles en 521 partidos. Media: 0,42 por partido. Con esos dos datos nos damos cuenta de que este jugador tiene que ser importante. Y bien es cierto que aunque se le critica el descenso en su nivel de juego y su acierto goleador, la temporada pasada hizo 24 goles y la anterior 23. Pero eso no basta, así que en vez de datos, yo os voy a hablar de mis sensaciones.
Raúl no es lo que era hace 5 años, no tiene la frescura de antes y ya no aparece tanto como nos tenía acostumbrados. Pero tiene "algo". Ese algo que lo hace importante en un equipo. Llamadlo fuerza, casta, coraje o pillería. Eso lo hace vital en un equipo grande. Yo intento verle aptitudes deportivas a día de hoy y me cuesta mucho. No tiene gran disparo, ni es rápido, ni da pases imprevisibles, ni va especialmente bien de cabeza. Pero sin embargo sigue ahí. Siempre digo que aunque Raúl no fuera futbolista, sería el mejor haciendo su trabajo. Si se dedicara a vender enciclopedias sería el que más vende. Porque es inteligente, tiene ganas, es incansable y se echa todo el peso a la espalda para conseguir lo que quiere. Solo por eso Raúl merece respeto, es un luchador nato que, a pesar de no destacar en ninguna cualidad futbolística, tiene un instinto innato para estar en el lugar apropiado en el momento justo. Es un jugador que muy pocos equipos pueden presumir de tener.
Esto no quiere decir que Raúl deba ser titular siempre, ni mucho menos. Debe ganarse un puesto, porque tiene jugadores muy grandes a su lado, gente joven como Higuaín, que necesita minutos para explotar del todo o geniales goleadores como Van Nistelrooy, que vuelve de una dura lesión e intentará recuperar su olfato goleador. Raúl no puede ser un intocable, ni él ni nadie, pero es injusto el trato que está recibiendo por muchos aficionados al fútbol. Estoy seguro de que poco a poco Raúl aceptará la suplencia que algún día le llegará, pero que nadie piense que está acabado, porque año tras año demuestra que es un hombre importante en un Real Madrid siempre plagado de estrellas.
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