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Otra goleada blanca y otro partido feo de los merengues. Pepe volvió tras su sanción por el escándalo contra el Getafe. Buen partido del Tenerife que no materializó sus ocasiones. Primera parte aburrida, con los isleños como dueños del balón. Benzemá metió dos goles y el equipo mejoró en la segunda parte con las entradas de Kaká y Guti.
La misma historia de siempre. Este equipo no juega bien, eso lo saben las 82.000 personas que llenan el Santiago Bernabéu cada fin de semana, lo sabe cualquiera que siga al Madrid y lo sabe Pellegrini. Hace unos días dijo que buscaba la excelencia, que aún faltaban cosas. De momento, antes de encontrar la excelencia, los blancos deben encontrar su estilo de juego, porque por ahora es indescifrable. Un partido igual de mediocre que los anteriores, con la diferencia de que no lograron adelantarse los merengues al principio del partido, como en los dos encuentros previos, lo que aumentó el sufrimiento ya desde el minuto uno.
La primera parte fue un recital del Tenerife, jugándole al Madrid no sólo de tú a tú, sino creando ocasiones de gol y haciendo correr a los de Pellegrini detrás del balón. Decir en favor de los de la capital, que dispusieron de una clara ocasión de gol en manos de Raúl, que no logró batir a puerta vacía a Aragoneses. Nino y Kome eran los encargados de llevar el peligro a la portería de Casillas.
Después de una primera parte muy sosa, el técnico sustituyó a Ramos (con una sobrecarga) y Granero, dando entrada a dos jugadores que despertaron poco a poco al equipo de su sueño permanente: Guti y Kaká. Especialmente importante fue el brasileño, que demostró como a base de buenos toques en el centro del campo, se puede arreglar este atasco con el que empezaron. A los dos minutos de comenzar el segundo tiempo, Benzemá picó de cabeza un buen centro de Xabi Alonso, que regresaba tras su lesión. Primer gol de la tarde y empezaba otro Madrid, era como si en los primeros 45 minutos hubieran jugado un grupo de prejubilados y en la segunda mitad saliera el Brasil del cuadrado mágico. No lo digo porque hicieran una genial segunda parte, sino porque la primera mitad fue tan mala, que todo lo que iba a llegar después parecería oro puro.
Y poco después del gol del francés apareció la potencia personificada. Cristiano arrancó desde su campo, comenzó a correr como alma que lleva el diablo y tras deshacerse de varios rivales se plantó escorado en la portería visitante. Pero hoy no tocaba, porque Aragoneses hizo un paradón y evitó lo que podía haber sido el gol de la Liga. Un minuto más tarde llegó el segundo de Karim, tras un pase en largo de Drenthe y un gran fallo defensivo del central tinerfeño Manolo. El partido estaba acabado, a pesar de que Omar disparara al palo de Iker, que hoy (después de muchos días) realizó algunas de sus paradas a las que no hace mucho nos tenía acostumbrados. Para culminar el partido, Ricardo Kaká colocó en el palo un gran tiro desde fuera del área, inalcanzable para el cancerbero. Al final 15 puntos de 15 y líderes, pero quién lo diría...
El mejor del partido: Kaká, que revolucionó el encuentro.