¿Quién dijo presión?

Cuánto mérito tiene lo que está a punto de conseguir el FC Barcelona. Tras la victoria 2-3 ante el Sevilla, ha demostrado tener cualidades de púgil. No sólo sabe golpear fuerte, sino que está aprendiendo a encajar. Se defendió como pudo de su empate contra el Espanyol, dejándolo a un escaso punto del Real Madrid. Encajó el golpe que le asestaron los de Mourinho, probablemente lo más duro que ha sufrido Pep Guardiola en su etapa como míster blaugrana. Y ahora, a una jornada de que finalice la Liga, ha sabido mantener el envite que han recibido desde la capital con dos contundentes victorias en Villarreal y Sevilla. Los de Guardiola han dicho: somos el Mejor Equipo del Mundo y vamos a sacar 99 puntos.

Mientras, el Real Madrid hace lo que puede, que no es otra cosa que ganar lo que resta. Pescar en río revuelto para intentar conseguir el trofeo, o al menos lograr unos espeluznantes 98 puntos obligando al FC Barcelona a mirar por el retrovisor. Pero como bien ha dicho Valdano, "en Madrid no están acostumbrados a vivir de lo que hagan sus rivales" y no siempre las quinielas salen bien. El Barça ha logrado soportar la presión y repartir el peso encima de sus hombros hasta el último partido. Sólo le separa de la gloria el Valladolid, que se juega la vida en un Camp Nou a rebosar y con ganas de celebrar aquello que 8 meses de trabajo ha costado conseguir. Parece improbable que los de Clemente den la sorpresa pero por si acaso, los blancos saldrán a por todas en La Rosaleda. El Málaga también buscará la salvación, aunque a priori los andaluces lo tienen complicado junto con Tenerife y Xerez.

Muy igualado por abajo y muy igualado por arriba, pero la clase media española muestra claros signos de debilidad. 27 puntos separan al Real Madrid del Valencia. La temporada de los dos grandes está siendo espectacular, pero lo cortés no quita lo valiente. El nivel otros años tan competitivo de la Liga BBVA ha decaído, es una realidad.

Ajenos a todo esto, Barça y Madrid prolongarán hasta el 15 de mayo la agonía liguera. Pero el murmullo en Canaletas crece por momentos y en el Bernabéu suena más fuerte el teléfono de Florentino esperando impaciente la apertura del mercado estival que el ánimo de su afición.