Una tendencia peligrosa se viene dando desde hace no muchas semanas hasta esta última jornada. Madrid y Barça, los dos grandes de nuestro fútbol, se distancian cada vez más de la clase media de la tabla y ponen en evidencia que este campeonato es cosa de dos, echando por tierra la teoría de las "alternativas futbolísticas", que tan fuertemente golpeó en la prensa deportiva a finales de 2009.
En la Liga BBVA no hay alternativas, o al menos eso es lo que refleja la clasificación a día de hoy. Sevilla y Valencia han querido señalarse a sí mismos como aspirantes al campeonato liguero, pero la realidad es otra muy distinta. En la parte superior de la clasificación hay dos aspiraciones muy dispares: los de la ciudad condal y los madrileños lucharán hasta el final por llevarse el gato al agua, mientras que Valencia, Sevilla, Deportivo y Mallorca pelearán por las migajas de éstos. Las recientes goleadas 4-0 y 6-2 de Barcelona y Real Madrid no hacen sino acrecentar la sensación de que estamos perdiendo la igualdad que sí se refleja en otras ligas europeas.
En Francia, el todopoderoso Lyon ya no lo es tanto y apenas aguanta en la cuarta posición en una liga de al menos cinco o seis equipos con opciones a todo.
En la Bundesliga, cuatro equipos parecen optar al trofeo alemán, con un Bayern de Munich en segundo lugar.
Incluso las (otras) mejores ligas europeas como son Italia e Inglaterra tienen a tres serios aspirantes al título peleando jornada tras jornada, que son Chelsea, Manchester y Arsenal, o Inter, Roma y Milán.
Mientras tanto, aquí en España observamos cómo la distancia del segundo al tercer clasificado es nada más y nada menos que 10 puntos. ¿Cúal es el problema? ¿Son demasiado fuertes los dos grandes o realmente no están dando la talla Valencia y Sevilla? ¿Es normal que cada jornada se produzcan goleadas tan escandalosas como las de ayer? Racing y Villarreal no parecieron otra cosa que once amigos con ganas de disfrutar del fútbol... de sus rivales.
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