
"A un equipo como el Madrid le va a hacer daño la eliminación" dijo Onésimo antes del encuentro Valladolid-Real Madrid. Parece ser que el técnico pucelano se tomó muy en serio su frase sobre el varapalo sufrido por los blancos en Champions. Tanto fue así que no se andó con rodeos y mandó a sus pupilos calentar el partido a base de patadas para que perseverara el dolor en los jugadores merengues. Todos hemos visto las duras entradas a Marcelo, Granero o Xabi Alonso, todas ellas bien estudiadas y al pie de apoyo. Eso no es casualidad, y no dudéis que el míster repartió alguna clase magistral antes de comenzar el partido.
Y de todas formas hasta cierto punto se puede entender el juego duro que desplegó el Valladolid. La manera eficaz de parar a futbolistas rápidos que quieren el balón es a base de entradas. Pero cuando empezamos a pisar espinillas sin cuero de por medio, o a agarrar partes íntimas con el fin de robar el balón (aquí la de Guti) las cosas pasan de castaño a oscuro. Y lo peor de todo es que Onésimo, no conforme con lo que hizo su equipo el fin de semana, suelta perlas como "No he visto mala intención", "ha sido un partido noble y de entradas con balón" o "El fútbol es un deporte de contacto". Si por deporte de contacto Onésimo Sánchez entiende la agresión de Nivaldo a Cristiano, el Depor (su próximo rival en Liga) debería "contactar" unas cuántas veces con los futbolistas manchegos, a ver cómo reacciona el vallisoletano.
Pase que el Show Ronaldo guste muy poco a algunas aficiones, y que el luso respondió con faltas de respeto a las patadas de sus contrarios. Pero un dedo en la boca no hace daño a nadie, ni tampoco un taconazo, ni un "te espero fuera" por muy mal que esté hecho por parte del portugués. Lo que sí duele es una entrada a la altura de la rodilla. Es año de Mundial, y seas del equipo que seas, nadie quiere que ningún deportista de élite se pierda el evento futbolístico más importante del mundo. Un poquito de cabeza, por favor.
La diferencia entre CR9 y Onésimo es que mientras que uno apostó por crear fútbol, el otro optó por destruirlo fuera como fuera. Y si esto es fútbol, hay que proteger a quien quiere jugar y sancionar a quien evita que el partido se desarrolle limpiamente. Esto es así, se llame el beneficiado o damnificado Cristiano, Messi, Villa, Luis Fabiano, Agüero o cualquier jugador profesional. Así que... Onésimo ¿por qué no te callas?
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