sábado, 27 de marzo de 2010

Nicklas Bendtner, fallón de nacimiento


Este interminable delantero (de 1,95 m) nacido en Copenhague, Dinamarca y de sólo 22 años está viviendo un particular momento dulce en su carrera deportiva. El joven danés es a día de hoy titular indiscutible y su equipo, el Arsenal de Arsène Wenger, se encuentra en una magnífica tercera plaza en la Premier League. Disfruta también de buenos momentos con su selección y si las lesiones lo respetan, disputará su primer Mundial este verano. Por si fuera poco, siguen vivos en la UEFA Champions League y la eliminatoria frente al FC Barcelona le dará al chico una oportunidad para escribir su nombre en Europa con letras tan grandes que todo el mundo podrá leerlas. De no ser así, el "52" del Arsenal, al igual que todos sus compañeros, sufrirá un varapalo enorme y difícil de superar. Pero Nicklas ya está acostumbrado, porque a este joven incomprendido ya le ha dado demasiados golpes el fútbol.

Si hay algo que se le critique a Bendtner es su escaso acierto de cara a portería. Y eso para un delantero que vive, como el 100% de ellos, con la única obsesión de que una esfera se cuele dentro de una red, es algo difícil de superar. Y el caso es que el más de 30 veces internacional con Dinamarca es un buen futbolista. Abre espacios, es técnico, se maneja bien con ambos pies y remata de cabeza como los ángeles. Pero a la hora de enfrentarse al portero, es tremendamente fallón. Me recuerda demasiado a Higuaín el primer año que llegó al Bernabéu. Un delantero con ganas de hacerlo bien, muy joven y que parecía de todo menos eso, un delantero. Pero las cosas pueden cambiar, y a día de hoy el Pipita Higuaín tiene unos registros goleadores inalcanzables para todos, menos para delanteros de la talla de Messi y Rooney.

Sin embargo, aunque haya ciertas similitudes entre ambos, el argentino y Bendtner tienen algo importante que los diferencia. Y no es otra cosa que el tiempo. Al de la albiceleste los minutos le van otorgando la razón, y aunque necesite hacer el doble que sus compañeros para que se le reconozca la mitad, el tiempo le coloca en una posición inmejorable, con todo el futuro por delante. Por otro lado, el danés tiene el reloj en su contra. Las horas en lugar de darle la razón, se la van quitando poco a poco. Sabe que la vuelta de Van Persie, el titular indiscutible para el míster francés, es inminente y que tendrá que dejar hueco al holandés. Robin es un delantero más elegante, más rápido, y 10 centímetros más pequeño, compensados con creces con inteligencia y la gran zurda del oranje.

Por eso Nicklas sabe que las cosas empezarán a irle peor de aquí en adelante. Ahora tiene dos opciones. Cerrarme la boca y hacerme cambiar de opinión a base de goles, o dar la razón a una gran parte de la crítica, que sólo ve en Bendtner un buen recambio para el once inicial del Arsenal.

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