martes, 9 de noviembre de 2010

La inexperiencia también tira del carro

Valencia, Atlético y Real Madrid presumen de joyas aún sin pulir en su habitual once inicial. La lista se amplía cuando hablamos del Barça -con Pedro o Busquets-, del Villarreal - gracias a Rossi- o del Athletic -Javi Martínez-. Todos ellos son grandes jóvenes jugadores que por calidad, sorprendente madurez e incluso suerte se han convertido en las estrellas de nuestra Liga.



Juan Mata es a día de hoy el "jugador franquicia" de un Valencia que comenzó a tope la Liga pero que experimenta en las últimas jornadas un bajón de juego y resultados. El Campeón del Mundo de 22 años presume de acaparar los focos en Mestalla en esta temporada tras la marcha de Villa y Silva. Mata sigue alternando -al igual que Javi Martínez- partidos internacionales con la absoluta y la sub-21, y la palabra responsabilidad no es nueva para el burgalés, habituado a llevar la capitanía de La Rojita.

Con la venta de sus dos jugadores más importantes, Emery tuvo que reconstruir su Valencia y lo está haciendo en base a jugadores como él. Desborde, calidad y polivalencia son las mejores armas de Juanma. Habrá que ver si entre Soldado, Joaquín y él pueden al menos mantener al equipo ché en la misma línea que la temporada anterior.

La historia de Álvaro Domínguez es cuando menos peculiar. Debutó con el Atlético de Madrid en octubre de 2008 en el Atlético-Liverpool de Champions League. Rodeado de las eternas críticas a la defensa rojiblanca, Dominguez se hizo con un puesto gracias a la oportunidad de Javier Aguirre y al desacierto de un Heitinga que vive hoy en el Everton uno de sus momentos más dulces deportivamente hablando.

Ya nadie discute que la zaga rojiblanca ha experimentado desde entonces una mejoría notable. De hecho, Dominguez y Ujfalusi son los engranajes de una defensa aún en construcción. Quién sabe si los aficionados podrán canturrear de memoria dentro de poco... Filipe, Godín, Domínguez, Ujfalusi para referirse a una zaga sólida de una vez por todas. 21 años y todo un futuro por delante para romper el mito de la defensa colchonera. De momento ya tiene una Europa League, espera la llamada de la absoluta y es titular indiscutible en el club madrileño. Cualidades para triunfar no le faltan, desde luego.

Marcelo no mete goles, no hace espaldinhas ni es un jugador mediático. Tiene, incluso, dos handicaps que dificultan su progresión pero que no han impedido al brasileño despuntar en el club blanco, sobre todo durante esta temporada. El primero es vivir a la sombra del mejor lateral izquierdo de la Historia. Roberto Carlos sigue en la mente de muchos hinchas madridistas, de eso no hay duda. El segundo handicap tiene nombre y apellido: Ramón Calderón. Fue un fichaje suyo, con todo lo que eso conlleva. Sólo Pepe, Higuaín y él -fichajes de la era Calderón- cuentan para Mou. Diarra y Gago han pasado a un segundo plano y el resto -como Huntelaar, VdV o Sneijder- dijeron ya adiós al club blanco.

A pesar de todo, esta temporada Marcelo se ha erigido como hombre importante en el Real Madrid. El propio Mourinho ya declaró "Marcelo no me gustaba pero ahora me enamora". Velocidad en ataque y al corte, desborde y un sentido del orden defensivo que parece brotar por momentos en el brasileño han hecho de este lateral izquierdo un componente más del once de gala del cuadro merengue. Su versión mejorada sigue siendo Dani Alves pero ¿quién duda ahora de Marcelo?

La Liga goza de buena salud, no hay discusión. El talento emergente en nuestro fútbol comienza a tener el mando. El precio de mercado de Domínguez, Pedro, Marcelo, Rossi, Mata, etc. haría temblar a cualquiera. Lo mejor de todo: ninguno tiene más de 23 años.

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